Lo que esconde la “Belleza” del modelaje.
La
industria de la moda mantiene una estrecha relación con el mundo de las drogas.
Quizá se asocien a las personas que se dedican al sector de la moda con las
drogas por la imagen que han dado varios diseñadores y modelos famosos al
ingresar en clínicas de desintoxicación a lo largo del tiempo o por la
percepción de que en el sector se celebran numerosas fiestas nocturnas que se
prolongan hasta el amanecer.
Esta
relación no es algo nuevo. Ya en los años 90 surgió la corriente estética
“heroin-chic”, que consistía en que los modelos presentaran un aspecto similar
al que mucha gente asocia a las personas que consumen drogas. Esta corriente
fue muy criticada, e incluso fue señalada por Bill Clinton, entonces presidente
de Estados Unidos, como responsable de provocar el interés de los jóvenes por
las drogas porque hacían que la adicción a la heroína pareciera glamurosa, cool
y sexy. Parece terrible algo así, pero en ese entonces hasta hoy es real.
Pero esta
tendencia parece que no terminó al empezar el nuevo milenio. Ha vuelto a
reaparecer en pasarelas recientemente, con diseñadores como Raf Simons,
director creativo de Calvin Klein, que centra su última colección en la
historia de Christiane F., la joven alemana adicta a la heroína que se
convirtió en bestseller, o en el libro “Drugs” de Cookie Mueller. Todo esto
ocurre en un momento en que resurge el debate sobre la legalización de las
drogas
Otro
problema con las drogas relacionado a la moda es que se utiliza las drogas como
heroína para que las mujeres no tengan hambre y no engorden. La belleza ilustrada
en la mujer que aparece en las revistas de moda hace que ellas deban ser casi
“esqueletos” lo cual es una locura. Las empresas manipulan a las chicas para
que sean más flacas y lucrar de ello. Las chicas no deberían dejarse
influenciar de estas empresas ya que lo único que quieren es beneficiarse a
cualquier costo.
Esta
exigencia con respecto al peso provoca en algunos casos el trastorno
alimentario llamado Anorexia, que provoca que la persona se obsesione con su
peso y lo que ingiere.
Esto es
hasta más grave, ya que es un problema serio que debe tratarse.
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